Que Brexit y el separatismo comparten vicios y síntomas no es algo nuevo. Muchos ya llevamos indicando que ambos son fenómenos nativistas originados en el rechazo a lo externo, al cambio y la heterogeneidad. Lo divertido es que ahora también ambos caen el mismo ridículo de declarar algo de manera solemne y después suspender sus efectos. Es lo que tienen las utopías insensatas: hay que posponerlas siempre. Suspender para mantener el suspense.
El espectáculo circense de Puigdemont del 11 de Octubre de 2017 es de sobras conocido. Basta con recordar las palabras de su discurso en aquella velada que yo pasé alegremente en un plato de TV en Londres comentando la jugada con unos incrédulos periodistas británicos:
“I amb la mateixa solemnitat, el Govern i jo mateix proposem que el Parlament suspengui els efectes de la declaració d’independència per tal que en les properes setmanes emprenguem un diàleg sense el qual no és possible arribar a una solució acordada”. Es decir, los 7 segundos de republica catalana.
Pues bien, algo ha ocurrido hoy con Brexit. El gobierno de Theresa May ha publicado hoy su White Paper sobre la legislación que posibilita la salida formal de Reino Unido de la EU prevista para el 29 de marzo 2019. La legislación es la “EU Withdrawal Act” y deroga en Reino Unido la “European Communities Act (ECA)”, pilar fundamental de la UE. Por tanto, este White Paper era el texto definitivo que indicaba como se formaliza el Brexit de manera real y efectiva. Lo gracioso es que este White Paper es ahora como la ley de referéndum y el discurso de Puigdemont altogether. Se deja suspendido a sí mismo. ¿Por qué digo esto? Atención al párrafo 60 del White Paper:
“On exit day (29 March 2019) the EU (Withdrawal) Act 2018 will repeal the ECA [European Communities Act]. It will be necessary, however, to ensure that EU law continues to apply in the UK during the implementation period. This will be achieved by way of transitional provision, in which the Bill will amend the EU (Withdrawal) Act 2018 so that the effect of the ECA is saved for the time-limited implementation period. Exit day, as defined in the EU (Withdrawal) Act 2018, will remain 29 March 2019. This approach will provide legal certainty to businesses and individuals during the implementation period by ensuring that there is continuity in the effect that EU law has in the UK during this time. The Bill will make provision to end this saving of the effect of the ECA on 31 December 2020.”
Es decir, la derogación efectiva de la ECA queda suspendida hasta el fin del periodo de transición, que son dos años como minimo. ¡Brexit suspendido hasta nueva orden!. Pero, eso sí, texto afirma con toda desfachatez que “Exit day will remain 29 March 2019”. En fin, Brexit pero sin Brexit, o Brexit In Name Only, lo llaman. Por todo ello no sorprende que al Financial Times hoy le haya entrado la risa:
“Anyone following Brexit would find it difficult not to laugh aloud at this statement, for concealed within the legalistic prose is one of the starkest examples yet of the sheer mess of the UK’s preparation for exiting the EU.”
En fin: que cuando se sanciona legalmente la insensatez, se corre el riesgo de hacer el ridiculo. Es lo que tiene legislar utopias. Ahora dicen en Cataluña que quieren reactivar la declaración de independencia: probablemente acabaran suspendiendo esta reactivación y entrando en el bucle eterno de suspensión con suspense. Brexit va de camino de lo mismo: transición eterna sin llegar a salirse de manera efectiva – ojala. Ya me lo advertía un viejo zorro parlamentario inglés hace unos meses: esto iba acabar como Noruega en 1994 pero al revés. Entonces Noruega votó que, si bien todavia no, en el futuro iba a entrar en la UE… aun la esperamos.