“Como expatriado desde hace años, una fantasía personal es la de volver a Mallorca para desarrollar aquí una tarea profesional parecida a la que puedo hacer en Londres, Nueva York o Washington. Y aunque sé que ahora no es posible, también creo que no debería ser imposible. A fin de cuentas, los centros de excelencia económica se generan por muchas razones y algunas de ellas están presentes en Mallorca: me refiero a la calidad de vida, el clima, las conexiones aéreas… Yo mismo paso a veces una semana trabajando en Mallorca sin perder el contacto permanente con mis colegas de Singapur o Londres… ¡Aunque el Bar Bosch sea un elemento de distracción!”
